Biomoléculas derivadas de fragmentos de ADN altamente purificados que actúan como agentes regenerativos en la piel. Los polinucleótidos estimulan la actividad de los fibroblastos, favoreciendo la producción de colágeno y elastina, mejoran la hidratación profunda al captar agua en la dermis, y reducen el estrés oxidativo, permitiendo una piel más firme, luminosa y saludable.
Son ideales en pieles que presentan signos de envejecimiento, pérdida de elasticidad, flacidez, deshidratación o daño por exposición solar. También se utilizan como tratamiento complementario para potenciar y prolongar los efectos de otros tratamientos.
a. Rejuvenecimiento facial global
b. Mejora de la calidad de piel en cuello y escote
c. Zona periocular: arrugas finas y ojeras
d. Hidratación profunda en labios
e. Cicatrices atróficas o acné leve
El valor del tratamiento dependerá de las necesidades específicas de cada paciente, el área a tratar y el protocolo indicado.
Los efectos comienzan a notarse progresivamente. Desde la primera sesión es posible observar mejoras en hidratación y textura. Los cambios estructurales más visibles (firmeza, elasticidad, disminución de arrugas finas) se hacen evidentes luego de la segunda o tercera sesión, con resultados acumulativos.
Generalmente no. Puede presentarse un leve enrojecimiento o pequeños hematomas en el área tratada, que desaparecen en pocos días. Se recomienda agendar con anticipación si tienes eventos próximos, especialmente si el tratamiento se realiza en zonas expuestas como el rostro.
No. Los polinucleótidos estimulan procesos regenerativos naturales pero sus efectos son temporales y se ven influenciados por la calidad de piel, edad y hábitos del paciente. Se recomienda realizar sesiones de mantención cada 4 a 6 meses según evaluación clínica.