Procedimiento no invasivo que utiliza sustancias químicas cuidadosamente seleccionadas para renovar las capas superficiales de la piel. El peeling estimula la regeneración celular, favorece la producción de colágeno y mejora significativamente la textura, luminosidad y uniformidad del tono cutáneo.
Existen distintos tipos de peeling según la profundidad de acción (superficial, medio o profundo) y los principios activos utilizados (ácido glicólico, salicílico, mandélico, retinoico, tranexámico, entre otros). La elección del protocolo se realiza de forma personalizada según el tipo de piel y las necesidades del paciente.
a. Piel opaca o áspera
b. Manchas, melasma o hiperpigmentaciones postinflamatorias
c. Poros dilatados y piel grasad. Cicatrices de acné y marcas superficiales
e. Arrugas finas y fotoenvejecimiento
f. Preparación o complemento de otros tratamientos estéticos
El valor depende del tipo de peeling utilizado, el número de sesiones indicadas y las zonas a tratar. Cada protocolo es adaptado a la condición y tolerancia de la piel del paciente, considerando también la experiencia médica en la elección y aplicación de los activos químicos.
En peelings superficiales, los resultados comienzan a verse desde la primera sesión: piel más luminosa, suave y uniforme. En peelings medios o para casos como manchas y cicatrices, se requieren varias sesiones para obtener mejoras visibles y sostenidas.
Depende del tipo de peeling. En los más suaves, puede haber leve enrojecimiento o descamación imperceptible por 2-3 días. Es importante evitar exposición solar directa, usar protector solar de amplio espectro y seguir una rutina post-tratamiento indicada por el profesional.
No. Los resultados del peeling son temporales y acumulativos. Aunque se observa una mejora notable en la piel, es necesario mantener el cuidado cutáneo y realizar sesiones periódicas de mantención para conservar los beneficios a largo plazo.